3 Oh Jehová Dios mío Aquí David, para inducir a Dios a que le muestre favor, protesta por haber sido abusado injustamente y sin ser culpable de ningún delito. Para darle mayor peso a su protesta, usa una imprecación. Si ha hecho algo malo, declara que está dispuesto a cargar con la culpa; sí, él ofrece soportar el castigo más severo, si no es completamente inocente del crimen del cual todos los hombres lo consideraron casi condenado. Y al suplicar a Dios que lo ayude con ninguna otra condición que esta, que su integridad en el juicio se encuentre intacta, nos enseña, con su ejemplo, que tan a menudo como recurrimos a Dios, debemos hacer que sea nuestro primer cuidamos de estar bien seguros en nuestras propias conciencias con respecto a la justicia de nuestra causa; porque lo hacemos muy mal si deseamos involucrarlo como defensor y defensor de una mala causa. El pronombre muestra que habla de una cosa que generalmente se conoce; de donde podemos concluir, que la calumnia que había levantado Cush se extendió por todas partes. Y como David fue condenado, por los informes falsos y los juicios injustos que los hombres adelantaron contra él, y no vio remedio en la tierra, se llevó al tribunal de Dios y se contentó con mantener su inocencia ante el Juez celestial; un ejemplo que todos los piadosos deberían imitar, para que, en oposición a los informes difamatorios que se difunden contra ellos, puedan descansar satisfechos con el juicio de Dios solo. Luego declara más claramente, que no había cometido ningún delito. Y en el cuarto verso, menciona dos detalles en la auto-vindicación; primero, que no había hecho mal a nadie; y, en segundo lugar, que se había esforzado bastante por hacer el bien a sus enemigos, a pesar de que había sido herido sin una causa justa. Por lo tanto, explico el cuarto verso así: si he hecho daño a algún hombre que estaba en paz conmigo, y no he socorrido a los indignos, que me persiguieron sin causa, etc. Dado que David era odiado por casi todos los hombres, como si la ambición de reinar lo había impulsado pérfidamente a levantarse en rebelión contra Saúl y poner trampas para el monarca a quien estaba obligado por el juramento de lealtades (101) en la primera parte del verso, se libera de una calumnia tan asquerosa. La razón, tal vez, por la que llama a Saúl que estaba en paz con él es que, debido a su dignidad real, su persona debe ser sagrada y segura del peligro, (102) para que sea ilegal realizar cualquier intento hostil contra él. Sin embargo, esta frase puede entenderse en general, como si hubiera dicho: Nadie que se haya restringido mansamente de lastimarme y se haya comportado amablemente conmigo, puede quejarse con la verdad de que alguna vez lo lastimé en una sola instancia. Y sin embargo, fue la persuasión general, que David, en medio de la paz, había despertado una gran confusión y provocó la guerra. A partir de esto, es tanto más manifiesto que David, siempre que disfrutara de la aprobación de Dios, estaba contento con el consuelo derivado de esto, aunque no debería tener consuelo de ninguna otra fuente.

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