6 ¡Escucha, oh Jehová! a mi oración Por la repetición sincera de sus solicitudes anteriores en este y el verso posterior, es evidente que estaba oprimido sin un grado ordinario de dolor, y también agitado con extrema ansiedad. A partir de este ejemplo, se nos enseña que aquellos que, habiendo participado en orar una vez, permítete abandonar de inmediato ese ejercicio, siempre que Dios no les conceda de inmediato su deseo, traicione la frialdad y la inconstancia de sus corazones. Tampoco es esta repetición de las mismas solicitudes para ser considerada superflua; pues de este modo, los santos, poco a poco, descargan sus preocupaciones en el seno de Dios, y esta importunidad es un sacrificio de un dulce sabor delante de Él. Cuando el salmista dice: Dios me escuchará cuando lloro en el día de la angustia, se aplica en particular a sí mismo la verdad que acababa de decir: que Dios es misericordioso y misericordioso con todos los que lo invocan.

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