Exo. 16:19, 20. "Ninguno deje de ello para la mañana", etc. Quizá por esto estamos destinados a que se nos enseñe nuestra absoluta dependencia diaria de Dios, para la provisión de su gracia y alimento espiritual. No sólo dependemos de él para la primera conversión del alma, sino que diariamente dependemos de él para la gracia posterior. Este maná se nos debe dar todos los días, o nos quedaremos sin comida. Se nos enseña a no descansar ni vivir sobre logros pasados, sino a mirar continuamente a Dios, y por fe obtener de él nuevas provisiones.

No debemos guardar la gracia de este día para mañana, para ahorrarnos el trabajo de buscar y reunir más. Nunca tenemos nada de sobra; por la presente haremos justicia de lo que recibimos y hacemos; y cuando hacemos ese uso de él, es como el maná que produce gusanos y apesta.

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