Exo. 7:5. "Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando extienda mi mano". La primera vez que Moisés y Aarón fueron a Faraón, le dijeron que Jehová, el Dios de Israel, mandaba que dejara ir a Su pueblo, como al principio del cap. 5. Faraón entonces tomó con gran desdén que se le dijera tal mandato de Jehová el Dios de Israel, un pueblo pobre y abyecto, una compañía de esclavos; y, por el carácter que tienen, concluye que Él no hizo una mejor figura entre los dioses que la que Su pueblo tuvo entre las naciones.

Él responde: "¿Quién es Jehová, para que yo obedezca su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová". Jehová era un nombre difícil para él del que nunca antes había oído hablar, pero decide que no será una pesadilla para él. ¡Jehová! ¿quién es ese? dice Faraón con desdén. Ahora Dios le dice a Moisés que Él le hará saber quién es Él: "Y sabrá que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos".

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