CAPÍTULO 18.

FORMACIÓN MORAL DE LOS DISCÍPULOS.

En este Capítulo y en los dos siguientes, el centro de interés es la condición espiritual de los Doce, y la necesidad que por ello se impone a su Maestro de someterlos a una severa disciplina moral. El día de Cesarea había inaugurado una crisis espiritual en el círculo-discípulo, que los escudriñaba de cabo a rabo, y revelaba en todos ellos, de una forma u otra, y en mayor o menor grado, una debilidad moral: la deslealtad al Maestro ( Mateo 17:22 ), ambición vana, celos, espíritu partidista.

El discípulo desleal parece haberse tomado más a pecho que los demás el lado lúgubre de las predicciones del Maestro, el anuncio de la Pasión; sus compañeros de corazón más honesto dejaron que sus mentes descansaran en el lado más agradable del cuadro profético, la proximidad del reino en poder y gloria, de modo que mientras permanecían fieles al Maestro, sus corazones se encendían con pasiones ambiciosas.

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