Comentario de Dummelow sobre la Biblia
2 Samuel 0:7
Saul. En el caso de Saúl, como en el de Samuel, encontramos dos puntos de vista distintos de su carácter. Primero se le muestra como un héroe valiente y vigoroso, hábilmente secundado por su hijo; para su 'rechazo', los incidentes de 1 Samuel 13:9 e incluso 1 Samuel 15:9 difícilmente parecen causa suficiente. A medida que la melancolía de 1 Samuel 16:14 profundiza en él, su carácter se vuelve cada vez menos favorable; es taciturno, celoso, astuto, violento, aunque no sin destellos de mejor naturaleza ( 1 Samuel 24:17); y en el trágico aislamiento de sus últimos días nos recuerda a Macbeth. Sin embargo, es digno de mención que desde su ascenso en adelante, su posición nunca se cuestiona seriamente, como lo fue la del mismo David posteriormente. Desde sus primeros años, se dedicó al gran negocio de su reinado, la larga lucha con los filisteos; les inflige golpes que nunca antes habían sufrido, y aunque finalmente cae ante ellos (o bajo la enfermedad mental que paralizó sus poderes), su sucesor es capaz de poner fin a todo peligro grave. Después de la aparición de David, el interés del libro en la carrera de Saúl sin David llega a su fin; pero es digno de mención que ni siquiera en Judá David, a pesar de todo su encanto y reputación, logró producir una verdadera deslealtad hacia Saúl. Si, en sus últimos días, había recurrido a la nigromancia, había hecho cumplir con celo las leyes contra la superstición en épocas anteriores; y nuestro juicio sobre su persistente hostilidad hacia David debe ser modificado por el propio veredicto de David sobre su 'hermosura y agrado', que a lo largo de su vida mantuvo a su pueblo fiel a su gobierno. Sobre la duración de su reinado, véase el § 9.