Aquí comienza el grupo final, Salmos 146-150, conocido como el Salmo 'Aleluya', porque cada uno comienza y termina con esa palabra, que significa: 'Alabado sea el Señor'. Ellos resumen la alegría de los exiliados que regresaron y forman una doxología adecuada al Salterio. Por supuesto, están especialmente diseñados para su uso en el segundo templo. Salmo 146 alaba a Dios como el verdadero Ayudador.

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