Hadad halló un gran favor ante los ojos de Faraón, Dios dispuso el corazón de Faraón de tal manera que Hadad podría ser un azote para Salomón por sus impiedades. Aquí Hadad se casó con la hermana de la reina Tahpenes, quien le dio a luz un hijo. A quien Tahpenes destetó en la casa de Faraón, sintiendo tanta simpatía por el niño como el rey por su padre; y guardaba la fiesta que generalmente se hacía al destetar al niño. En todas estas cosas, la providencia de Dios fue conspicua, lo que hizo que Hadad y su familia se elevaran al poder y la influencia, para que pudiera causar mayores problemas a Salomón.

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