Ni has pedido la vida a tus enemigos que Dios les quite la vida, o que ponga en su poder para destruirlos. He aquí, he hecho conforme a tu palabra que te he concedido, y en este momento concedo tu deseo. Y en consecuencia, en este momento Dios le infundió un grado de sabiduría mucho más alto de lo que había poseído antes; y que no solo para gobernar a su pueblo, y para conocer y cumplir los diversos deberes que le debía a Dios y a ellos, sino también el conocimiento de las diversas artes y ciencias, y de las cosas humanas y divinas, como se desprende de 1 Reyes 4:29 ; y que en una medida y proporción mucho mayor que con el mejor entendimiento natural que podría haber obtenido mediante el estudio más diligente, si hubiera sido empleado en él desde un niño.De modo que no hubo nadie como tú antes que tú, ni rey, o mejor dicho, ningún hombre. Porque en estos aspectos él es preferido, ( 1 Reyes 4:31 ,) no solo antes que todos los reyes, sino antes que todos los hombres. Ningún simple hombre, al parecer, desde la caída de Adán, lo ha igualado en el conocimiento universal, especialmente en el arte de gobernar bien a su pueblo. Pero, cabe preguntarse, ¿no le superaron los apóstoles? No en el conocimiento natural y político, sino sólo en el conocimiento de los misterios de la fe, que fueron impartidos con mayor libertad y plenitud en estos últimos tiempos; cuya ignorancia no menospreciaba la sabiduría de Salomón, porque ninguna criatura podía descubrirlos sin esa revelación divina que Dios consideró conveniente no permitirse en el tiempo de Salomón.

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