Quédate aquí, te ruego que Elías parezca haber dicho esto solo con miras a probar a Eliseo, si lo acompañaría hasta el final, y sería el testigo de su traducción. Y ciertamente Eliseo, al no dejarlo, testificó tanto una gran fidelidad a su maestro como una gran fe en lo que Dios había revelado con respecto a llevarlo al cielo.

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