Él respondió: No temas. Estaba preocupado por eliminar los temores de su sirviente e impartirle la misma satisfacción y paz mental que él mismo poseía en este tiempo de extraordinario peligro; porque los hombres buenos no sólo desean ser fáciles ellos mismos, sino también hacer que los que los rodean sean fáciles. Y todos aquellos cuya fe es fuerte, deben considerar tiernamente y compadecerse de los débiles y de espíritu tímido, y hacer lo que puedan para fortalecer sus manos. Porque los que están con nosotros para protegernos, son más que los que están contra nosotros para destruirnos: los ángeles son indeciblemente más numerosos, y Dios infinitamente más poderoso.

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