El Señor te redimió y te sacó con riquezas, las cuales, por no querer, Dios te dio como justa recompensa por tu servicio; por tanto, seguirás su ejemplo y enviarás a tu siervo provisto de todas las provisiones convenientes. Para siempre Todo el tiempo de su vida, o, al menos, hasta el año del jubileo. Asimismo , es decir, o despedirla con abundancia, o comprometerla a la servidumbre perpetua, de la misma manera y por los mismos ritos.

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