En el cielo Cierra allí, pero desde allí ha sido entregado y publicado a tus oídos. Ni más allá del mar El conocimiento de este mandamiento no debe ser obtenido de lugares lejanos, adonde viajaron los buzos de los sabios paganos en busca de sabiduría; pero fue traído a tus mismas puertas y oídos, y te lo declararon en este desierto. En tu boca lo conoces tan bien, que es el tema de tu discurso común. En tu corazón En tu mente (como se suele tomar el corazón) para comprenderlo y creerlo. En una palabra, la ley es clara y sencilla, pero el evangelio lo es mucho más.

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