Y ayunad por mí Y orad, que era el asunto principal, para lo cual el ayuno era sólo una ayuda; y no comas ni bebas en tres días. Es decir, de la manera que solías hacer. Abstenerse de todas las comidas preparadas y de toda comida agradable y, en la medida de lo posible, de toda comida, durante ese espacio de tiempo, en señal de humillación por el pecado y un sentido de nuestra indignidad de las misericordias de Dios. Yo también y mis doncellas ayunaremos de la misma manera. Ellos eran, sin duda, de la nación judía o prosélitos, y personas piadosas que, ella sabía, se unirían sinceramente a ella en estos santos deberes. Y así iré al rey para interceder por mi pueblo. Que no es conforme a la leyEs decir, la ley del rey, ahora mencionada, pero está de acuerdo con la ley de Dios, y por lo tanto, cualquier cosa que surja de ella, me arriesgaré y no consideraré mi vida como algo querido para mí, para poder servir a Dios y a su iglesia. Y si perezco, perezco. Aunque mi peligro sea grande y evidente, considerando la expresividad de esa ley, la incertidumbre de la mente del rey y la severidad que mostró a mi predecesor Vasti; sin embargo, en lugar de descuidar mi deber para con Dios y su pueblo, iré al rey y me entregaré con alegría y resolución a la providencia de Dios para mi seguridad y éxito. Si me condenan a perder la vida, no puedo perderla por una causa mejor.

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