Bendecirá tu pan y tu agua. Y la bendición de Dios hará que el pan y el agua sean más refrescantes y nutritivos que un banquete de manjares y vinos con lías, sin esa bendición. Y quitaré la enfermedad, ya sea ​​que la prevenga o la elimine. Tu tierra no será visitada con enfermedades epidémicas, que son muy espantosas y que a veces han devastado países. Cumpliré el número de tus días, y no serán cortados en medio por muertes prematuras. Así tiene la piedad la promesa de la vida que ahora es.

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