Todo aquel a quien su espíritu hizo querer Lo que hicieron, lo hicieron con alegría. Estaban dispuestos; y no fue ningún estímulo externo lo que los hizo así, sino su espíritu. Fue por un principio de amor a Dios y su servicio; el deseo de estar con ellos mediante sus ordenanzas, la gratitud por las grandes cosas que había hecho por ellos y la fe en sus promesas de lo que haría más.

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