Abraham se inclinó, devolviéndoles así las gracias por su amable ofrecimiento, con la debida decencia y respeto. La religión no sólo permite, sino que requiere cortesía y buenos modales, y aquellos gestos que la expresan, y todo profesor de ella debe evitar con cuidado la grosería y las payasadas. "El amor no se comporta indecorosamente".

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad