El capitán de la guardia dijo: El Señor tu Dios ha pronunciado este mal , etc. Aunque cada una de las naciones gentiles o paganas adoraba a su dios o dioses peculiares, no rechazaban ni negaban a los dioses de otras naciones; y por eso el capitán de la guardia habla aquí a Jeremías de Jehová como su Dios, y el Dios de los judíos, y atribuye todas las calamidades que habían caído sobre este pueblo a la indignación de este su Dios contra ellos, porque no habían obedecido y le sirvieron como deberían haberlo hecho. Esta parece una interpretación mucho más probable de las palabras de Nabuzaradán que entenderlas como una expresión de su fe en el Dios vivo y verdadero, de quien es probable que supiera poco o nada.

Y ahora, he aquí, te suelto en este día , etc. Este capitán de la guardia, como un siervo fiel, recuerda las órdenes de sus príncipes sobre el profeta y le ofrece mayor favor que a los demás prisioneros. Con respecto a ellos, usa el poder que la conquista le había dado sobre ellos, y deben ir adonde el rey de Babilonia quiso enviarlos; pero le da a Jeremías la libertad de elegir si iría con él a Babilonia o se quedaría en su propio país, asegurándole que si iba a Babilonia lo cuidaría especialmente.

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