Ahora, por tanto, divida esta tierra. Tanto lo que fue conquistado como lo que quedó sin conquistar debía ser dividido, para que cada tribu supiera lo que les pertenecía por el don de Dios, y se animara a intentar conquistarla cuando pudieran; podría ser preservado de entrar en cualquier pacto o sociedad con aquellos que les guardaban su herencia; e igualmente, con el fin de impedir que los pueblos invictos unan sus fuerzas para recuperar su país, los israelitas que habitan las ciudades y los campos que se extienden entre ellos.

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