Para que yo les eche suertes aquí delante del Señor , es decir, delante del arca o del tabernáculo, para que Dios sea testigo y juez, y se reconozca que es el autor de la división, y que cada tribu se contente con su suerte, como ser designado por la autoridad divina, y que sus diversas posesiones se le aseguren como cosas sagradas.

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