Y lo ataron. Así fue él un tipo de Cristo, que se entregó a sí mismo para ser atado, sí, y llevado como un cordero al matadero. Nunca los hombres estuvieron tan enamorados como estos hombres de Judá , excepto aquellos que así trataron a nuestro bendito Salvador. Subió de la roca , es decir, de la cueva en la roca, en la que se había asegurado, de la cual fue sacado primero y luego bajado de la roca a la llanura.

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