El corazón del sacerdote se alegró. Cuando se le prometió el ascenso, no solo consintió en el hecho, sino que los ayudó a hacerlo, estando totalmente gobernado por el respeto a su propio interés secular. Se fue en medio del pueblo, tanto para mayor seguridad de cosas tan preciosas, como para que Miqueas no pudiera acercarse a él para herirlo o reprenderlo; y, quizás, también, porque ese era el lugar donde solía llevarse el arca. Pusieron delante de ellos a los niños, al ganado, etc. Para su mayor seguridad, si Miqueas los persiguiera.

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