Y dijo a los que estaban junto a los oficiales de justicia que servían al rey; Quitadle la libra. Quitad lo que le fue confiado a ese sirviente ocioso, desconfiado e infiel, que de otro modo podría haber tenido eso, y mucho más, que le asignó para su propiedad; y dáselo al que tiene diez libras como recompensa adicional por su fidelidad y diligencia. Y ellos dijeron: Señor, tiene diez librasDicen esto sorprendidos de que se lo haya asignado a alguien que había recibido una recompensa tan amplia, pensando que no había ocasión de dar una libra adicional a alguien que ya tenía tantas. Quizás pensaron que era más apropiado dárselo a él que solo tenía cinco libras. Sin embargo, el príncipe se mantuvo fiel a su premio anterior y le otorgó la otra libra igualmente; porque estaba de acuerdo con las reglas de todas las administraciones sabias otorgar la mayor y mayor confianza a quienes, por su fidelidad en los cargos que ya disfrutaban, habían demostrado que se los merecían más.

Porque para todo aquel que tiene Eso, usa apropiadamente y mejora lo que tiene; se le dará aún más, y tendrá más en abundancia; y del que no tiene Eso actúa como si no tuviese talento para usar para el bien de la humanidad y la gloria de Dios; incluso lo que tiene le será quitado. Las oportunidades y ventajas de las que disfruta le serán quitadas , y se las darán a quienes mejoren las que ya les han sido otorgadas.

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