Y que no daríamos a nuestras hijas a saber, en matrimonio. Habiendo jurado obediencia a las leyes de Dios en general, ahora especifican algunos casos particulares en los que últimamente habían transgredido o eran más propensos a transgredir. En nuestros convenios con Dios, debemos comprometernos especialmente en contra de aquellos pecados en los que nos hemos sobrepasado y nos han herido con mayor frecuencia.

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