Hicimos nuestra oración a Dios. Ellos se comprometieron a la protección de Dios, cuyos siervos eran y a quienes consideraban que estaban comprometidos para ellos. Este fue el camino del buen Nehemías y sus asociados: todas sus preocupaciones, todos sus dolores, todos sus temores, se difundieron ante Dios, y así se tranquilizaron. Y ponían guardia contra ellos día y noche. Secundaban sus oraciones con sus esfuerzos, y vigilaban constantemente para que sus enemigos no los sorprendieran, porque sabían que estaban muy atentos para hacer daño.

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