Tus cadáveres ¡ Mira con qué desprecio se habla de ellos, ahora se habían hecho viles por su pecado ! Los valientes valientes no eran más que cadáveres, ¡ahora el Espíritu del Señor se había apartado de ellos! Muy probablemente fue en esta ocasión que Moisés escribió el salmo nonagésimo.

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