Mataron a todos los machosEs decir, mataron a los que estaban en la lucha y que no se salvaron huyendo. Como nación, habían entregado sus vidas a las leyes de Dios, y él, como juez de toda la tierra, había ordenado que la sentencia de sus leyes se ejecutara sobre los culpables. Le Clerc observa con propiedad que existía esta diferencia material entre las guerras de otras naciones y las de los judíos, que las primeras siguieron la inclinación de sus propias pasiones; mientras que los judíos eran sólo ministros o verdugos de la justicia divina, más evidentemente designados para esta obra por Dios mismo, como lo manifestó mediante una serie de milagros realizados entre y para ellos, como nunca antes se había conocido en la tierra. De modo que no se puede deducir ninguna consecuencia de su conducta en sus guerras que justifique una conducta similar en otras personas.También mataron a Balaam. Él sufrió con justicia, por ser el instrumento inicuo de desviar a los israelitas de su lealtad a Jehová.

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