El temor del Señor que antes había dicho que era el principio de la sabiduría; es odiar el mal Consiste en una cuidadosa abstinencia de todo pecado, y no por motivos carnales o prudenciales, sino por un odio real hacia él, debido a su contradicción con la naturaleza y los atributos divinos, su oposición a la palabra y voluntad de Dios, su infinita maldad en sí misma y sus consecuencias eternamente destructivas; orgullo Que menciona primero, como lo que más aborrece a Dios, y lo más opuesto a la verdadera sabiduría, y al genuino temor de Dios, que constantemente produce humildad; y el camino perverso Todas las acciones perversas, especialmente las costumbres y caminos pecaminosos; y la boca perversa, aborrezco las falsas doctrinas, los malos consejos y los engaños.

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