¿Por qué escondes tu rostro? ¿No consideras nuestras miserias, ni nos das piedad o ayuda? y olvidas nuestra aflicción ¿ Actúas como si lo hubieras olvidado o pasado por alto cuando no te hemos olvidado? ¿Se convierte esto en tu fidelidad y bondad? Porque nuestra alma está abatida hasta el polvo Bajo el dolor y el miedo prevalecientes. Estamos postrados a los pies de nuestros enemigos. Nuestro vientre se pega a la tierra No solo somos arrojados a la tierra, sino que allí yacemos. No podemos levantarnos, ni revivir nuestros propios espíritus decaídos, ni recuperarnos de nuestra condición abatida y triste. Y estamos expuestos a ser pisoteados por todos los enemigos insultantes.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad