No me arrojes lejos de tu presencia , es decir, de tu favor y cuidado. No quites de mí tu Santo Espíritu, tu Espíritu santificador, por medio del cual puedo conocerte y tener comunión contigo. Vuélveme el gozo de tu salvación El confortable sentido de tu gracia salvadora, prometida y concedida a mí, tanto para mi salvación presente como eterna. Y sosténme, criatura débil y frágil, incapaz de resistir la tentación y la corrupción de mi naturaleza, sin tu poderoso y misericordioso socorro; con tu espíritu libre O ingenuo, liberal o principesco, que parece oponerse a su propio espíritu vil, iliberal, falso y servil, que había descubierto en sus prácticas perversas e indignas. Y ahora desea un mejor espíritu de Dios, que pueda liberarlo de la esclavitud del pecado e inclinarlo y capacitarlo para correr libre, alegre y constantemente por el camino de los preceptos de Dios.

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