Hagan proclamación en todo Israel: Respetando la invitación de Ezequías a los súbditos de Oseas, de regresar a Jerusalén para la celebración de su pascua, bien podemos suponer que recibió el aliento de Oseas mismo, quien, en cuanto a religión, tiene un mejor carácter en Escritura que cualquiera de sus predecesores desde el momento de la división de los dos reinos. Y la verdad era que los dos becerros de oro que habían causado la separación religiosa fueron quitados ahora: el de Dan, por Tiglat-pilezer, y el de Betel, por su hijo Salmanasar; y por eso los judíos apóstatas, privados de sus ídolos, comenzaron a regresar al Señor ya subir a Jerusalén para adorar, algún tiempo antes de que Ezequías les hiciera esta invitación a su pascua. Prideaux, Ann. 729.

Porque no lo habían hecho, etc.— Porque no se había celebrado universalmente, como se ordenó. Houbigant.

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