Y así le sucedió: El señor incrédulo sufre la condenación que se le ha denunciado. Se le asignó el mando de la puerta que conducía al campamento, a fin de evitar tumultos; pero la gente estaba tan ansiosa por llegar al botín y satisfacer su hambre, que no prestó atención a la autoridad; pero, cada hombre avanzando, la multitud era tan grande, que mientras él se interponía para mantener el orden, fue pisoteado hasta la muerte en la puerta.

Nota; (1.) Los malvados favoritos de los reyes malos a menudo han sido víctimas de la ira popular. (2.) Las amenazas de Dios se cumplirán con tanta seguridad como sus promesas. El que ha dicho: El que creyere, será salvo, tiene como inalterablemente determinado que el que no creyere será condenado. (3.)

La grandeza o la gloria humanas no protegen del brazo del Dios santo. Los hombres más grandes son gusanos de polvo delante de él; pisotea a los príncipes como lodo, y menosprecia a todos los honorables de la tierra.

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