Cuánto más cuando hombres malvados ... Fue un hermoso reflejo el que cayó de Darío al descubrir que Bessus estaba conspirando contra él: le dijo al traidor que estaba tan satisfecho de la justicia de Alejandro como de su valor; que estaban equivocados quienes esperaban que él recompensara la traición; que, por el contrario, ningún hombre fue un vengador más severo de la fe violada. Fue sobre este principio que César dio muerte a los asesinos de Pompeyo, y los romanos enviaron de vuelta al maestro de escuela falisciense bajo el azote de sus propios eruditos.

No hay una vileza que el alma humana aborre tan naturalmente, tan instintivamente, como la traición, porque es quizás la única vileza de la que ningún hombre que viva esté a salvo; y por eso todo hombre debe gozar de su castigo. Así terminó el dominio de la casa de Saúl. Nota; Tarde o temprano, todo enemigo debe caer ante el Hijo de David, y su causa triunfará sobre todos los poderes de la tierra y del infierno.

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