¿Cuánto más, cuando hombres inicuos han matado a un justo en su propia casa sobre su cama? Por tanto, ¿no pediré ahora su sangre de tu mano y te apartaré de la tierra?

(g) En el sentido de que ni el ejemplo del que mató a Saúl, ni el deber para con su amo, ni la inocencia de la persona, ni la reverencia por el lugar, ni el tiempo los conmovió, merecían el más grave castigo.

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