Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros: Las cuentas que nos dejaron de este rey son breves; sin embargo, es evidente que era un príncipe magnífico y generoso, y un creyente en el Dios verdadero, como se desprende de la forma de su felicitación a Salomón por su ascenso al trono, 1 Reyes 5:7 . Y este carácter le sirvió para entablar y cultivar una alianza con David, como lo hizo, con una amistad y un afecto poco comunes, mientras David vivió, y la continuó con su hijo por su bien. Véase Josefo contra Appion, libro 1:

REFLEXIONES.— 1. David, con gratitud, percibió el establecimiento de su reino, todo competidor removido, amado él mismo por sus súbditos, cortejado por sus vecinos y temido por sus enemigos; y esto lo atribuye al amor de Dios a su pueblo, a quien considera, no como dado a ser sus esclavos, sino como confiado en él para ser feliz bajo su sabia y prudente administración. ¡Feliz la nación que tiene un rey así!

2. Muchas esposas y concubinas aumentaron su familia y parecieron fortalecer su reino, aunque es de temer que hirieran su corazón. Después de haber dejado que su ojo vagara sobre varios objetos, la esposa de su vecino no estaba por fin a salvo: tan peligroso es el primer paso en el camino del deber; pues entonces no sabemos dónde nos detendremos.

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