Natán dijo al rey: Ve, haz todo lo que está en tu corazón. Natán respondió como un hombre prudente, no como un profeta; porque los profetas no conocían todos los acontecimientos, sino sólo los que Dios creía conveniente revelarles. Nathan, sin embargo, tenía una gran razón para lo que dijo; porque conocía la consideración que el Señor había mostrado a David, y de ahí bien podría concluir que aprobaría este piadoso designio; además, como David mismo era un profeta, Natán bien podría suponer que esta intención le fue sugerida por Dios.

REFLEXIONES.— David está ahora en reposo de todos sus enemigos, disfrutando en paz del reino que tan bien merecía; sin embargo, su consuelo no es completo mientras el arca de Dios mora bajo cortinas. Por lo tanto,

1. Tiene como objetivo construir una casa que se reúna para su recepción. No podía contemplar su propia casa de cedro sin un secreto reproche. Resuelve, por tanto, mejorar la calma de la que disfrutaba en tan agradecido servicio al Dios que había hecho por él cosas tan grandes. Nota; Un alma bondadosa siempre busca dar testimonio de su gratitud y está feliz de ser empleada para la gloria de Dios.

2. David consulta con el profeta Natán sobre el asunto: y como la piedad del plan era evidente, Natán no duda en animarlo a seguir los buenos propósitos que tenía en su corazón; pero como no consultaron a Dios en el asunto, su voluntad pareció diferente, aunque se aceptó la buena intención. Nota; (1.) Debemos fortalecer sus manos, que se preocupan por edificar la iglesia de Cristo. (2.) Si el Señor está con nosotros, entonces el deseo de nuestro corazón será agradarle.

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