Nabucodonosor, olvidando su sueño, lo exige de los caldeos con promesas y amenazas. Ellos, reconociendo su incapacidad, son juzgados a morir. Daniel, obteniendo un respiro, encuentra el sueño: bendice a Dios; mantiene el decreto y es llevado al rey. El sueño. La interpretación. El avance de Daniel.

Antes de Cristo 603.

En este capítulo, Nabucodonosor, habiendo soñado y muy afectado por ello, se muestra solícito por conocer sus sueños y el significado de ellos. En vano solicita información a los sabios de su propio país y, disgustado por su incapacidad, ordena que todos sean asesinados. Daniel es buscado entre el número, pero al solicitarlo a Dios, aprende el sueño y la interpretación, y detiene la ejecución de la sentencia.

Explica el sueño al rey, en relación con los cuatro grandes reinos de la tierra, y el establecimiento del reino del Mesías bajo el cuarto: con lo cual el rey admira su habilidad, reconoce el poder de su Dios, y avanza Daniel y sus amigos a grandes honores y ascensos.

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