Ver. 13. El Señor te pondrá por cabeza, y no por cola, - Un método proverbial de hablar, que las siguientes palabras explican: "Dominarás a otras naciones, pero otras naciones no te dominarán a ti". Tal fue la feliz suerte del pueblo de Israel bajo los reinados de David y Salomón. Para mostrarles que su prosperidad dependía de su obediencia, se agrega en el siguiente versículo, no te apartarás, etc.

REFLEXIONES.— Dios se deleita en la prosperidad de su pueblo, y para bendecirlos se regocija; mientras que la venganza es su obra extraña. Felices por ellos, si, sensibles a su bondad, son capaces de caminar para no provocar su disgusto.

1. Dios les propone la condición de la que dependía toda su felicidad; y eso fue, atención seria a su voluntad revelada, obediencia fiel y perseverante a sus mandamientos y, particularmente, vigilancia cuidadosa para no desviarnos de los ídolos. Mientras se nos encuentre esperando en Dios en sus caminos, podemos estar seguros de que él nos encontrará y nos bendecirá.
2. Las bendiciones prometidas son muy atractivas, grandes y gloriosas, espirituales y temporales; y, sin duda, mire más allá, incluso hacia la bienaventuranza eterna: [1.] se les promete prosperidad y abundancia externas. (1.) En dignidad, deben superar a todas las naciones. La riqueza, como un río, debería fluir sobre ellos; para que las naciones de alrededor se endeuden de ellos y se sujeten a ellos. La victoria debe acompañar constantemente a sus estándares; sus enemigos se postran atemorizados y lamen el polvo ante ellos, y se ven obligados a reconocer la distinción de Dios por ellos. Nota; Quienes tienen a Dios por amigo, seguramente tendrán al fin a sus enemigos a sus pies.

(2.) Se les promete la bendición de Dios en todo lugar y en todas las empresas. En la ciudad debe abundar la paz, la abundancia y la riqueza en su tráfico. En el campo, su labor debe ser coronada con éxito más allá de sus deseos más optimistas, y sus graneros y cubas rebosan de maíz y vino. En su camino, sus personas deben ser protegidas y sus empresas prósperas, bajo el cuidado constante de un Dios de Alianza. Nota;Aquellos que tienen la mirada puesta en Dios en todo lo que toman en sus manos, y lo tienen en su mente en todos sus viajes, encontrarán que sus bendiciones aún los impiden y los siguen. (3.) Se les asegura una fecundidad infrecuente. Sus familias deberían crecer como un rebaño, y no debería faltarles una porción ni una provisión. Sus ovejas y sus bueyes deberían multiplicarse en gran manera; sus campos están repletos de maíz, regado desde el cielo con especial cuidado; y, una vez reunidos, la bendición de Dios aún debería estar sobre sus provisiones, preservándolos de daños y accidentes y dándoles el disfrute más cómodo de sus posesiones.

Así, toda dicha, salud, riqueza, honor, hijos terrenales; en resumen, todo lo que ese corazón pueda desear, se les promete como su porción. Nota; Aquellos que tienen interés en el amor de Dios, pueden estar seguros de que no desearán nada bueno. Si el Evangelio nos dirige más bien a las bendiciones espirituales y eternas que a las temporales; sin embargo, nos asegura que éstos, en cierta medida, se añadirán a los que buscan primero el reino de Dios y su justicia. [2.] Se les prometen misericordias espirituales. Aquellos que son fieles a la medida de gracia que reciben, crecerán en gracia. (1.) Dios se compromete a establecerlos en la santidad, a mantenerlos como pueblo separado para él y a bendecirlos con sus ordenanzas para su creciente santificación. Nota;La santidad es la obra de Dios en nosotros: estamos llamados a obedecer sus movimientos piadosos; y cuando lo hacemos, se complace en recompensar lo que ha realizado fortaleciéndonos, estableciéndonos y asentándonos. (2.) Su carácter religioso debe atraer la reverencia y el respeto de las naciones que los rodean.

La evidente consideración de Dios por ellos sería confesada por sus enemigos; y en ello se hará un claro reconocimiento de su felicidad y felicidad superiores, que surgen de su favor y amor. La felicidad espiritual es la mejor de las porciones; y aquellos que tienen al Señor por Dios poseen un gozo que, aunque el extraño no se entromete, se verá obligado a poseer es la única felicidad real bajo el sol.

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