Y Moisés los bendijo: Terminada la obra por completo, Éxodo 39:32 fue traído para la inspección de Moisés; quien, al ver que los artistas habían hecho todo conforme al mandamiento de Dios, les dio su solemne bendición; porque, que fueron los artistas a quienes bendijo, y no la obra en sí, se desprende de las palabras inmediatamente anteriores, como el Señor les ordenó, así lo habían hecho ELLOS: y Moisés los bendijo. Si se pregunta, ¿cuánto tiempo se empleó en esta importante labor? Respondemos que los israelitas tardaron unos dos meses en llegar del mar Rojo al pie del monte Sinaí.

Luego encontramos que Moisés pasó dos veces cuarenta días en la montaña: esto lo lleva a cerca de cinco meses; y difícilmente se puede permitir menos de un mes para los otros eventos relacionados en este libro de Éxodo. Por lo tanto, el pueblo no pudo haberse encargado de la obra del tabernáculo hasta aproximadamente seis meses después de su salida de Egipto. Ahora bien, se dice expresamente en el capítulo siguiente, que el tabernáculo fue levantado el primer día del segundo año después de esa partida; de modo que tardaron unos seis meses en construirlo.

REFLEXIONES.— 1. El conjunto está completamente terminado. El tiempo fue corto, pero los trabajadores fueron cordiales y unánimes; y se puede hacer mucho en poco tiempo, cuando lo emprendemos de buena voluntad. Es la falta de unanimidad entre los constructores y la falta de celo en los obreros lo que hace que la obra de la iglesia sea tan lenta.

2. Llevan las distintas piezas a Moisés, y él las aprueba, ya que corresponden exactamente al modelo que se les mostró. Dios, quien dio el modelo, ha agregado la sabiduría para copiarlo. Nota; Si se nos permite caminar de manera que agrademos a Dios, debemos atribuirlo a la alabanza de la gloria de su gracia, que obra en nosotros tanto el querer como el hacer.

3. Moisés en el nombre de Dios los bendice: y esto fue suficiente salario. Habían estado trabajando para Dios: el disfrute de su presencia en el tabernáculo recompensaría ampliamente su trabajo. Nota; Ninguna obra de fe o de amor perderá su recompensa. Cuando comparezcamos ante la presencia de Jesús nuestro Juez, él pronunciará la bendición sobre sus siervos y los admitirá en el gozo eterno de su Señor.

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