Y Moisés, Aarón y sus hijos se lavaron las manos, etc. Esto muestra (lo que hemos observado antes en Éxodo 29:26 ) que Moisés ahora actuaba como sacerdote: ver cap. Éxodo 30:19 y Levit. ch. 8. Debe recordarse que, en esta erección del tabernáculo, se tuvo en cuenta el tiempo señalado para las diversas ceremonias; como aparecerá con más detalle en el próximo libro.

REFLEXIONES.— Moisés coloca la gloriosa estructura y comienza el servicio del santuario. El candelero está encendido, la mesa cubierta, el incienso humeando, la ofrenda sobre el altar. Así enseñó a los sacerdotes el método de su servicio: y él, y Aarón y sus hijos, se lavaron en la fuente; porque los que ministran ante un Dios santo, deben purificarse de toda inmundicia de carne y espíritu; e incluso en nuestros deberes más santos, siempre que nos acerquemos a Dios, primero debemos lavarnos en la fuente abierta de la sangre de un Salvador, sin la cual nunca podremos acercarnos y aceptarlo.

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