Entonces el Señor le dijo a Moisés: La división incorrecta de este y de muchos otros capítulos posteriores es evidente para los lectores de la menor atención. Algunos han supuesto que el lenguaje de Moisés, al final del capítulo anterior, era quejumbroso e impropio; pero la respuesta que Dios aquí condesciende a darle, muestra suficientemente que no era indecente ni censurable; pero sólo una protesta humilde y ferviente con él, por el mal éxito de su primer mensaje.

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