Sus adversarios dijeron: No ofendemos: " Haciéndolos cautivos". Jeremías introduce al caldeo hablando así con la más verdadera prosopopeya; porque no podía ser, pero los caldeos debían haber conocido las cosas que los profetas habían predicho acerca de la futura cautividad de los judíos: Nabucodonosor mismo es un testigo, quien dio órdenes a sus capitanes de preservar a Jeremías. Ver Houbigant.

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