No temas, oh tierra, etc. En la primera parte de esta profecía, la tierra está elegantemente representada en duelo, las bestias gimiendo y los rebaños de ganado como muy angustiados; los ríos de aguas se secaron, y los pastos del desierto como todos consumidos. Con el mismo tono elegante, el profeta llama a la tierra a regocijarse ya las bestias del campo a regocijarse ; porque la lluvia debe descender, los árboles dan su fruto, la tierra su abundancia, y todo sirve para el gozo y el consuelo de los habitantes: de modo que aunque corrió la amenaza , la tierra (que miró, antes de que las langostas la invadieran, como el jardín del Edén) debería aparecer detrás de ellos como un desierto desolado; la bendiciónsobre su arrepentimiento se insinúa que el desierto desolado debe convertirse nuevamente en un jardín del Edén, y abundar en todo para utilidad y placer. Ver las Observaciones, p. 23.

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