Ver. 24. Todos los reyes treinta y uno - La LXX calcula y especifica sólo veintinueve, y de ellos también desfiguran los nombres. No debe sorprendernos ver tantos reyes en un país tan pequeño. Cada ciudad y su territorio tenía el suyo. ¿Qué era el rey de Bet-el? Él y el rey de Hai juntos apenas tenían doce mil súbditos. Tales eran los reinos en su primer estado en todas partes. César, en sus Comentarios, habla de cuatro reyes en el único condado de Kent.

Entonces, ¿cuántos habrá en toda Gran Bretaña? Tácito dice que los Siluros y los Brigantes tenían cada uno su propio rey. César nos dice que entre los galos había tantos reyes como príncipes. Livio dice lo mismo de España; y Vopisco presenta al emperador Probo escribiendo al senado que había sometido a Alemania y que vio a sus pies a nueve reyes de diferentes naciones, etc.

REFLEXIONES.— Aquí se describen los países conquistados de Canaán, y las ciudades con sus reyes, no menos de treinta y uno: una prueba de la vasta fertilidad de la tierra, que podía mantener tal número de ciudades populosas con sus aldeas. Pero como la bendición de Dios lo hizo tan fructífero por el bien de su pueblo, su pecado desde hace mucho tiempo ha traído sobre él una maldición de esterilidad, de modo que apenas queda un pueblo de importancia; y la tierra está tan desolada, que apenas mantiene a los pocos habitantes miserables que quedan.

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