Treinta y uno - Cada uno siendo rey de una sola ciudad o pequeña provincia perteneciente a ella, que fue por la sabia y singular providencia de Dios, para que pudieran ser conquistados más fácilmente. ¡Pero qué tierra fructífera debe ser entonces Canaán, en la que podrían subsistir tantos reinos! Y, sin embargo, en este día es uno de los países más áridos y despreciables del mundo. ¡Tal es el efecto de la maldición bajo la cual yace, ya que sus habitantes rechazaron al Señor de la gloria!

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