Y su esposo se levantó y fue tras ella, para hablarle amistosamente; en el original, para hablarle de corazón, para referirse a sus anteriores expresiones de cariño y para preguntarle cómo podía ella ser tan cruel con él y tan cruel consigo misma. . Hasta las reprimendas de los tranquilos y que se abstienen son dulces: no como las luchas de los feroces e inexorables, que muerden y devoran a todos los que los han frustrado en su camino; pero son tranquilos y corteses, como el espíritu que vela por su carácter. ¿Cómo podía tal temperamento cortejar a la damisela y no traerla de vuelta? ¿O cómo pudo el padre de la doncella, contemplando tal escena, tener el corazón abierto a cualquier impresión que no fuera la mencionada en la última cláusula? que cuando lo vio, se regocijó de encontrarlo;Instó a su permanencia, de día a día, con esa suave invitación, consuela tu corazón, y quédate toda la noche, y deja que tu corazón se alegre. Si la misericordia y la verdad se unen así para saldar esta cuenta, el amor seguramente sería de la parte: grande, grande es su poder para cimentar lo que se ha roto y borrar los males incluso de la memoria misma: y así fue; porque se levantó el levita, y con él su concubina y su criado, y se fueron.

REFLEXIONES.— Los acontecimientos de los siguientes capítulos son pruebas de la gran miseria que es para cualquier pueblo estar sin un buen gobierno. Podemos observar aquí, (1.) Que donde hay verdadero remordimiento en el ofensor, el herido no debe ser implacable. (2.) Aunque los padres deberían estar muy celosos de cómo reciben en sus casas a aquellos que han abandonado a sus maridos, sin embargo, es muy peligroso, por severidad, dejar desesperados a aquellos que, por métodos más suaves, pueden ser recuperados.

(3.) La generosa hospitalidad hacia nuestros amigos y parientes es muy buena y una prueba de nuestro respeto por ellos. (4) Aunque podemos ceder un poco a la importunidad de los amigos, sin embargo, todo hombre tiene visitas en casa, y especialmente los levitas, que no admiten ausencias prolongadas. (5.) Que los amigos bondadosos tengan cuidado con el egoísmo en sus solicitudes, no sea que la bondad intencionada nos haga un daño real.

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