Y su marido se levantó, salió de casa y fue tras ella, para hablarle amistosamente, hablarle al corazón, mostrarle que no le guardaba rencor y traerla de nuevo, teniendo a su criado con él. y un par de culos, uno para que vuelva la mujer; y ella, habiéndose permitido estar segura de su total simpatía, lo llevó a la casa de su padre, porque sólo entonces aceptaría la hospitalidad de su suegro; y cuando el padre de la joven lo vio, se alegró de encontrarlo.

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