Lavará su ropa, etc. Todas estas ceremonias no fueron menos productivas que demostrativas de total purificación; y, como el trastorno era tan contagioso, se ordenó razonablemente una exclusión de siete días para prevenir toda infección y para demostrar que la enfermedad estaba perfectamente curada; después de lo cual el leproso fue considerado puro y readmitido en todos los privilegios de la sociedad.

REFLEXIONES.— 1. Si el leproso estaba curado, el sacerdote se le acercaba para verlo. Aunque un pecador, por un tiempo, se ha entregado a los deseos de su propio corazón, sin embargo, cuando por medio de la gracia está dispuesto a regresar, debemos brindar caritativamente nuestra mano amiga. 2. Después de una inspección cuidadosa, si parecía limpio, el sacerdote debía declararlo así, después de celebradas las solemnidades correspondientes. No debemos ser demasiado desconfiados ni demasiado crédulos en el respeto de la realidad de la gracia en el corazón de los hombres, sino, después de una observación seria, juzgar según nuestro mejor conocimiento, de acuerdo con la caridad y la palabra de Dios. 3. Con respecto a las aves, una de las cuales debía ser sacrificada y su sangre mezclada con agua; y el otro para soltarse. Nota; (1.) Si nuestras almas son rociadas con esa sangre y agua que fluyó del costado herido del Salvador, entonces seremos presentados ante el tabernáculo de Dios, sin mancha ni tacha, ni nada por el estilo.

(2.) Los que son liberados del poder y la culpa del pecado, como pájaros que escaparon de la trampa del cazador, se regocijan en su libertad y vuelan hacia el cielo con alas de fe y amor. 4. La persona limpiada debía lavarse y afeitarse todo el cabello, etc. Así, los que son salvados por la sangre de Jesús, se esforzarán por limpiarse a sí mismos, a fin de que parezca, en la congregación del pueblo de Dios, que se han despojado del anciano y se han vestido del nuevo, el cual, después de Cristo, se renueva en justicia y verdadera santidad.

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