Cristo sana la hidropesía en el día de reposo; enseña la humildad; para deleitar a los pobres: bajo la parábola de la gran cena, muestra cómo los hombres mundanos, que desprecian la palabra de Dios, serán excluidos del cielo. Aquellos que serán sus discípulos, para llevar su cruz, deben hacer sus cuentas de antemano, no sea que con vergüenza se rebelen contra él después y se vuelvan totalmente inútiles, como la sal que ha perdido su sabor.

Anno Domini 31.

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