Porque su herida es incurable: "La desolación de las diez tribus no se puede prevenir, porque persisten en sus impiedades; por lo tanto, no se puede aplicar ningún alivio: debe terminar en su destrucción. Al mismo tiempo, una circunstancia agravante la acompaña, como siendo el precursor de aquellos males que vendrán sobre Jerusalén, cuyas puertas Senaquerib intentará forzar, para hacerse dueño de esa ciudad, y de todo el reino de Judá. " Ver Calmet.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad